Me entristece pensar que cada vez la segregación por localización geográfica sea un problema cada vez mas local, en lugar de dejar de ser un problema, para ser una oportunidad de convivencia, respeto y civismo, explico a que viene todo esto.
El que aquí escribe es un ciudadano de Esplugues de llobregat, para quien no lo sepa es un municipio de unos 50.000 habitantes situado a la entrada de Barcelona, pero su característico entramado poblacional hace que de norte a sur, desde la montaña de Collserola hasta el termino municipal de L`Hospitalet de llobregat, su repartición de barrios represente perfectamente la pirámide de desigualdad social mas perfectamente marcada que conozco, tanto es asi que los barrios situados a la falda de Collserola son los barrios pudientes, los del la zona centro los de clase media, y los del sur, como Can Vidalet desde donde escribo, son los de clase obrera, vamos pobre, siendo así que la población también respeta la pirámide de norte a sur de menos a mas población.
Esto no seria nada estraño si solo fuera un ejemplo representativo de muchas poblaciones del pais, pero aqui se cumple todo, excepto valorar que cada dia mas los del centro y los del sur cada dia se parecen mas y los del norte despegan y se distancian a años luz. Pero eso no es todo por casualidad la division es cuasi perfecta ya que cada zona es separa por alguna via rapida o accidente geografico, asi es pues que os hablo desde el otro lado del barranco.
Pese a la cada dia mas apreciable igualdad entre los barrios del centro con los del sur economica y socialmente, la cultura del desprecio al inferior persiste en el tiempo y os explico por que.
Desde hace 4 años entreno equipos de Futbol Sala en el club de la ciudad, en la Asosiació Esportiva Penya Esplugues, aquí cada año he podido coincidir con chavales de los diferentes barrios de la ciudad y de otras poblaciones cercanas, y sobre todo he coincidido con sus padres, y digo esto sin acritud, que nadie se sienta ofendido, ellos que son los transmisores de cultura todavía a día de hoy algunos se refieren con desdeño y menosprecio a mi barrio como "los de ahí abajo", inculcándoles así a sus hijos miedo hacia ese lugar, de ese miedo de ir con mucho cuidado y con mil ojos cuando andes por sus calles, y lo que ello implica implícitamente con el comportamiento, civismo, de los que aquí vivimos.
He de decir que no todos piensas asi, pero he llegado a presenciar como algún padre a omitido de que barrio de Esplugues es, o lo ha dicho con reservas, en una conversación con padres del equipo... y eso es durillo y sobre todo cuando tienes que hacer entender que la mayoría de gente de nuestros barrios es gente normal, gente trabajadora y honrada que solo quiere vivir su vida sintiéndose minimamente respetada por sus conciudadanos.
Con todo esto vengo a decir que para erradicar las desigualdades de nuestra sociedad debemos comenzar hacerlo desde el sentimiento cultural y cívico de las parcelas mas locales de esta nuestra sociedad, aunque cada dia se parezca menos a lo que un día empece a contribuir a construir con esfuerzo y sacrificio, aunque últimamente todo se este viniendo abajo, y si no le ponemos remedio desaparecerá para convertirse todo en cenizas de nuestra propia miseria y mediocridad como sociedad.
Contribuyamos todos desde el mas ínfimo gesto a que el respeto entre las personas sea lo primero y no algo banal y sin contenido, que nos haga ser no mas que números y etiquetas andantes.
En una dimensión diferente
Bienvenidos a esta otra dimensión, donde las ideas y los pensamientos, van de la mano de experiencias vividas e historias de una ficción, de lo mas real.
sábado, 19 de octubre de 2013
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