A cinco puntos al norte de tu boca, que como siempre lejos me toca, confundido entre lo esencial de tu cuerpo y el mío junto al ventanal, desviado del punto de encuentro, así es como siempre me siento y no me deja respirar.
Agobiado por esta rutina que no me deja ganas de más, con lo movida que esta mi vida y no puedo dejar de soñar, de soñar los besos perdidos, de soñar la brisa del mar, de tenerte para mi escondida bajo luna del mismo lugar.
Y no me digas que teniéndolo todo, en ti no puedo pensar, por que no veo el modo de podértelo compensar, perdido bajo este bosque de soledad.
Por eso lejos de pensar en el olvido, hay algo mas para recordar, justo frente a mi ombligo a un soplido de tu pensar, comprendiendo el haber comprendido de la buena suerte de poderte encontrar, y no pensando mas en el olvido, si no en estar cerca de ti y tu mirar.
Así que no siento lo vivido si no mas el poderte olvidar, que no me ciegue mas nadie el camino, que no se duerma nuestra amistad, que con el tiempo perdido no se puede mas que dejar pasar.
Y no comprendo la juerga que el destino con algunos se debió pasar el día que nos conocimos en aquel otro lugar, muy cerca del camino y muy lejos para quedar, es mejor a la mitad del recorrido para la próxima oportunidad.
Con esto yo no decido, solo desespero con tu esperar, que con el tiempo espero haga camino para que podamos continuar.
Casi me despego de ti al poco de tenerte y no sabia mas que un lugar donde ponerte, cerquita de mis ansias perdidas, cerquita de mi corazón impaciente, al otro lado del alma viva conmigo con un poco de suerte.
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