Esto es una historia de amor imposible como muchas, pero bonita como pocas, y paso en diciembre cuando en nuestro hemisferio es infierno y celebramos una de nuestras fiestas mas significativas del año la navidad, en la cual una estrella tuvo un papel importante, ya que una estrella guío a los reyes magos a hacia Belén como cuenta la historia, la cual tuvo un papel relevante y en esta historia las estrellas son las protagonistas.
Pues bien toda historia tiene un principio y esta no podía ser menos, una estrella que llamaremos Alpha había nacido en una constelación próxima al sistema solar y desde sus inicio siempre tuvo interés por lo que ocurría a su alrededor, era una estrella inquieta e inteligente y cuando tuvo su mayoría de edad decidió emprender un viaje orbital alrededor de nuestro sistema solar. En su largo viaje y siguiendo la orbita que había elegido recibió noticias de la existencia de una hermosa estrella llamada Romea que habitaba a unos 600.000km dentro de nuestro sistema solar, y siendo Alpha una estrella tan curiosa decidió ir a conocerla, aprovechando la estela de una estrella fugaz que pasaba por la zona donde Romea habitaba.
En nuestro planeta era diciembre cuando Alpha y Romea se conocieron, y en esos días una luz especial lucia en nuestro cielo cuando la noche nos daba la oportunidad de ver el resplandor de las estrellas, al igual que pasara unos siglos antes cuando se produjo el nacimiento de Jesús.
Poco tiempo les falto para enamorarse, pero breve y fugaz como una exhalación fue su primer encuentro, pero lo suficiente para saber que están hechas la una para la otra, pero las leyes del cosmos no las permitían permanecer juntas para la eternidad, no podían estar juntas mas de uno o dos días, poco tiempo para la larga vida de una estrella.
Y así fue como Alpha debía seguir su camino orbital y su amor seguía vigente pese a no poder estar la una con la otra cada día, pero para comunicarse emitían ondas que una y otra recibían y así mantenían su contacto,y donde Romea profesaba un gran amor por su inesperado visitante y Alpha igualmente le correspondia y su amor se iba haciendo cada día mas y mas grande tanto, que se convirtió en una amor platónico, pero doloroso a la vez por no poder vivir ambas juntas.
Pero pronto se volverían a encontrar, así fue como en uno de esos encuentros Romea le explico a Alpha que ella debía ser madre, pues para ello la habían preparado desde su nacimiento, pero claro lo tendría que hacer ella sola puesto que Alpha no podía quedarse con ella. Esto lleno de tristeza a Alpha que pese a todo siguió yendo a visitar a su amada cada diciembre.
La vida de ambas fue pasando y su amor creciendo pese a saber que nunca estarían juntas, pero todo el firmamento tendría constancia de sus encuentros ya que una luz especial iluminaba todo el firmamento cuando ambas estrellas se encontraban, como si de una fusión nuclear se tratase.
Así que ya lo sabéis si alguna noche clara de diciembre miráis al cielo y veis un fulgor especial en algún lugar del firmamento, recordad que son Alpha y Romea que están disfrutando brevemente de su amor, de ese gran e intenso amor.
En una dimensión diferente
Bienvenidos a esta otra dimensión, donde las ideas y los pensamientos, van de la mano de experiencias vividas e historias de una ficción, de lo mas real.
sábado, 28 de noviembre de 2009
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