Ian es un niño especial, siempre tiene una sonrisa dibujada en su redondita cara, comilón, dormilón y bueno, aunque ya apunta un nivel de travesura elevado, que en pocos meses comenzaremos a descubrir en cuanto comience a andar y a toquetear todo, aunque ya se atisba en su sonrisilla y lo terremoto que se esta volviendo cuando lo tienes cogido, con su fijación por coger los mandos a distancia y los móviles, para llevárselos a la boca, trepa y gatea hasta conseguir su objetivo.
La verdad si lo hacemos a posta no lo conseguimos, tenemos dos soletes, que nos dan la vida y nos quitan el sueño, porque no pueden ser mas guapos, mas buenos y mas nuestros.
Aunque cuando nos enteramos de que esperábamos un bebé yo quería que fuera otra niña, las niñas son otro mundo, aunque a día de hoy no cambio a mi niño por nada del mundo, encima he tenido la suerte, por circunstancias de la vida, de poder compartir con Miriam todo el embarazo, y los primeros meses de vida de mi hijo y eso me ha dado la oportunidad de poder disfrutar de largos paseos con Miriam, y de muchas otras cosas que con Avril no pude hacer.
Ian el pequeño piratilla que nos tiene robado el corazón.
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