Cuando
de pequeñito los inputs que recibías de tu familia de según qué temas iban en
una dirección y ahora cuando ya te has formado una idea de esos temas como
persona adulta te dicen y te discuten argumentando con razones totalmente
contrarias y de un rancio que atufa a kilómetros de distancia, es como para que
te estalle la cabeza.
Me
indigna, me subleva y pierdo la razón, por las formas y el tono de mi
discusión, cuando intento expresar mi postura, mis ideas al respecto. Porque no
me permiten pensar lo ágilmente que sería necesario para rebatir punto por
punto la serie de tonterías que a nuestros mayores les han metido en la cabeza
los medios manipulados que oyen y ven, con la tontería del neopatriotismo que nunca antes ellos habían sentido por razones obvias, 40 años de represión, pero que ahora se lo venden como si fuera algo bueno contra el independentismo.
No
pienso discutir mas de estos temas, allá cada uno, ya se lo encontraran de una
forma u otra, como diría aquel “que disfruten lo votado”. Cada uno es libre de
caerse tantas veces como quiera siempre y cuando tengas la capacidad de
levantarte cada vez, pues lo mismo es equivocarse.
En
cuanto a mis ideales, en si no son del todo míos, propios, si no los que me han
ido inculcando y los que me he ido formando en los años de vida, desde la
adolescencia hasta ahora, con lo que he vivido y convivido, y con los que ahora que tengo capacidad de
decidir voy a ser consecuente y tendré que ceder algunas veces, pero siempre
comprendiendo que no hay mejor manera de cambiar algo, si no es incidiendo en
ello desde dentro.
Pero
debo cambiar mi perdida de papeles a la hora de expresar algo, por un discurso
tranquilo y sosegado, sin sentirme atacado por tanta deriva contraria a lo
inicialmente planteado.
Huyo de
los patriotismos, banderas y hooliganismos de pandereta, solo defiendo lo que
es la gente en si, lo que la vida nos da, lo bueno, el ser feliz con lo que se
tiene y no con lo que se podría tener, no necesito aparentar lo que no soy, ni
me avergüenzo de lo que hasta ahora he sido y sobre todo me da igual lo que
piensen de mi, siempre y cuando sea con respeto, aunque no podre evitar pensar
que a veces algunos puedan estar equivocados, pero en su ignorancia llevan su
penitencia.
Espero
no perder nunca la capacidad de analizar lo que me rodea, y dar mi opinión sin
ser un altavoz manipulado por nadie y sobre todo espero algún día poder incidir
en ello para cambiar lo que no me guste, lo que no sea justo, alguno podría
decir que para hacer eso me metiera en política, pero si lo ves con
perspectiva, donde hay tantos intereses, es muy difícil cambiar nada y si se
hace es tras un muy largo camino.
En
definitiva, ayer fue 1 de Octubre, día en que a los catalanes, por querer votar,
nos pegaron, insultaron y nos denigraron como ciudadanos de 2da, y encima no
puedes decir ciertas cosas porque por parte de mucha gente no se entiende que
puedas pensar que algo te parezca bien o mal si tiene tufillo a catalanismo,
todo sigue igual por mucho que se discuta, o peor, unos manifestándose por lo
que fue que no fue y por lo que se sufrió y otros, riéndose del dolor y en
medio los que solo queremos vivir en paz, teniendo al menos lo que antes
teníamos, que era dignidad y sin más aspavientos, ni florituras, mientras tanto
la derecha de uno y otro lado siguen tirándonos como armas arrojadizas, hasta
que los que verdaderamente quieren una república a todos sus efectos se den
cuenta que con la derecha, sea o no independentista no se logrará y con la
derecha unionista, solo habrá más dolor y mas fascismo en la calle.
Así que
todo sigue igual después de esta discusión en espiral, de la que nos será muy
difícil salir si no se dialoga pero con dos dedos de frente y pensando en lo
que un día construyo Cataluña y los que hoy la formamos, la gente, la gente de
aquí, la gente de todos lados, la gente que quiere construir una sociedad más
parecida a la que teníamos antes y más libre y social de la que tenemos ahora,
olvidándonos del concepto que nunca tendría que haber vuelto y que solo trajo
odio en el pasado, una grande y libre, porque en España no somos todos iguales,
ni pensamos igual, ni hablamos igual en todos los sitios, ni bailamos y ni
hacemos las mismas cosas igual, pero si tenemos algo en común y es que tenemos
que convivir, pero con respeto y sin odio, ese odio que desde hace tiempo se
nos tiene a los catalanes por el mero hecho de serlo y del cual algunos se
aprovechan para reflejar su patetismo unionista y neofascista, basta ya! Yo no
soy ni más ni menos que tu por ser catalán.
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