Perdiendo el tiempo cerca de vuestra boca, rodeados de una gran emoción, nos perdemos por los entresijos de vuestros cuerpos hasta llegar a vuestro corazón.
De pronto como por casualidad aparecisteis en nuestra vida, sin mas ni menos que lo que dice alguna canción, imposible de olvidar, y nos quedamos con vosotras por lo dulce de vuestra mirada y lo apasionado de vuestros besos, la dureza de vuestra compostura y lo apretado de vuestra cintura.
Cuando en los cuentos las princesa de sueños infinitos eran recompensadas con el beso de su príncipe azul, pensabais que nunca encontraríais al vuestro, que un día apareció, quizá no como os lo imaginabais, quizá sin tener tanto valor y gallardía, simplemente entregándoos su amor.
Las mujeres de hoy en día despojadas de esa fragilidad inherente, de esa ingenuidad de otros tiempos, se muestran como sacerdotisas modernas de los encantos del amor de usar y tirar, hasta que por fin encuentran a la persona adecuada a su Yin, cuando ellas son el Yan que hace girar el mundo a golpe de revolución, de postularse como las dominadoras dominadas que tienen mas poder del que se les supone.
Por eso el candor de vuestra presencia nos domina, y lo que nos atrae hacia vosotras cada vez más fuerte, nos sentimos dominados por la fragilidad utilizada para atraparnos entre vuestros brazos, haciéndonos pensar, haciéndonos sentir fuertes, y nos sentimos perdernos al ritmo sinuoso de vuestra voz.
En fin que haríamos si no estuviéramos colgados de vuestros anhelos, de vuestros te quiero, de vuestra dulzura, dejándonos manejar por vuestros hilos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario