Dominado por el pánico
Las largas noches ventosas de principio de otoño en el apartamento del acantilado, no me presagiaban buenos augurios, Lucia se había alejado un poco más de mi y de mis intentos por resolver la situación y cerrar el círculo de una vez por todas.
Un estado de desanimo, abatimiento se apodero de mi, no veía salida, pero tampoco podía eternizar mi estancia en Suances, ya que allí lo único que podía hacer era esconderme. Mikel se pasaba a visitarme de vez en cuando ya que le preocupaba mi estado de continua ansiedad y apesadumbramiento, con la tontería llevaba casi dos semanas allí y todavía no había hecho ningún plan para ver como resolvía el entuerto y lo mas importante, como intentar volver a recuperar a Lucia.
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Mientras tanto en Madrid Lucia seguía con su ajetreada vida, cada día se había hecho mas insoportable la vida con Juan así que decidió irse a vivir con su hermana, Raquel, aunque eso no la eximia del férreo marcaje que le hacia Juan, persiguiéndola en la distancia de allá para acá, y si no era el era alguno de sus peligrosos amigos, sin embargo Lucia pese a saber que esto era así, no tenia valor de ir a denunciarlo, sobre todo después de lo acontecido en Cádiz, ella se sentía presionada pero no abatida no iba a dejar que todo aquello acabará con sus ganas de vivir y de poder compartir algún día su vida con el hombre que quería, Hugo.
Pero todo se había vuelto mas difícil, después de la presión que sentía en los días precedentes y de la discusión que había tenido por teléfono con él, ella se sentía desilusionada, traicionada, ya que esperaba que Hugo hubiera hecho algo mas y mas rápidamente por acabar con aquella situación, solo quería poder estar con el y volver a compartir sus tardes en el parque, poder volver a su vida normal y poderla compartirla con Hugo.
Pero dado lo feo que se había puesto todo, ella tampoco las tenia todas consigo de volver a ver a Hugo, ya que su ultima conversación fue muy dura sobre todo por su parte, y eso le había hecho replantearse si le merecía la pena ese sufrimiento o quizá debía olvidarse de todo y empezar una vida nueva, conocer a alguien y volver a empezar, aunque eso era difícil ya que nunca podría olvidar a Hugo.
Lucia nunca hubiera pensado un tiempo atrás que dormía con su enemigo, nunca pensó que sus huidas diarias al parque, para verse con aquel chico que se había cruzado en su vida, desencadenarían en un sinfín de desconfianzas, seguimientos e incluso asesinatos, cuando todo empezó como una bonita amistad.
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Aquella noche sentado en la terraza acristalada del apartamento, después de releer algún capitulo de los pilares de la tierra comprendí que el mundo se mueve a golpe de traiciones y maquinaciones maquiavélicas, aunque normalmente si sigues un camino recto y justo, acabas saliendo airoso, pero yo no había hecho las cosas del todo bien, y por eso Juan intento matarme en varias ocasiones, aunque sus movimiento s de Judas, no habían hecho mas que llevarle a una espiral de violencia, donde Lucia y yo estábamos en el centro.
Aquella noche, me quede dormido con el sonido de fondo del mar y del movimiento ondulatorio que hacia el viento al mover la ventanas, en su golpeteo casi aterrador, como intentando romper con fuerza todo lo que se le ponía por delante.
Y tuve un sueño que me aterró profundamente… Estaba de nuevo en la casa del lago y de pronto llamaron a la puerta, cuando iba abrirla alguien empujo la puerta súbitamente y me tiro al suelo, era Juan, el cual me propinaba una paliza casi mortal y yo no podía defenderme, atado y amordazado me vi al instante siguiente en una silla, y oía como Juan me aleccionaba sobre lo malo que había sido al interponerme entre Lucia y el, ya que el tenia planes para los dos…, al instante siguiente me despertaba del desmayo después de la tortura a la que me había sometido, ya libre de mordazas y ataduras y en ese preciso instante recibía una llamada de Lucia, y la sangre se me helo cuando oí lo que me decía, Hugo por favor, sálvame, me están matando…
En ese preciso instante me desperté con la canción que sonaba en mi móvil, Basket Case de Green Day, y eso significaba que era Lucia la que me llamaba. Al descolgar y oir sus primeras palabras, el pánico se dibujo en mi cara, era una llamada de auxilio.
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