La noche oscura y plagada de estrellas nos envuelve con la brisa marina, el cielo, después de un día nublado, se abre anunciando un mañana claro y soleado, para ser el mes de Julio ya avanzado, la noche es casi fría, en la orilla del mar.
La playa de Arenys esta tranquila, son las 23h, y acabamos de llegar para comenzar nuestra jornada nocturna de pesca, el bullicio y la música de los chiringuitos que a lo lejos podemos ver, con sus luces de colores y la gente, guiris en gran parte chillan y bailan pero el alboroto solo nos llega como un murmullo lejano. También nos sorprende un grupo de personas reunidas con antorchas y vestidas de blanco celebrando algún tipo de rito o celebración, el cual se acerca a ver mas de cerca nuestra inquieta amiga Cristina.
La parafernalia que hemos montado es bastante locuaz, nos reunimos alrededor de un candil de camping gas, a cenar los bocadillos que han preparado las Cristinas, no sin antes haber preparado las cañas, y a partir de aquí comenzamos la pesca.
Estando con la caña tirada y oyendo el rumor del mar, que esta noche esta especialmente escandaloso, puesto que esta un poco encabritado, te dan por pensar muchas cosas, y sobre todo echar en falta otras, el influjo del mar y el cielo despejado y repleto de estrellas, te imbuye en tu propio pensamiento y te sientes parte de un todo, parte de un equilibrio, en el que todos estamos sumergidos. La pesca no esta saliendo bien, ya que nos devoran los cebos sin picar el anzuelo, pero yo me encuentro a gusto en esta noche de tierra, mar y cielo, y en la compañía de mis amigos y compartiendo risas, cubatas y por que no decirlo un poco de frustración por no poder satisfacer nuestra ansia pescadora.
Al rato de estar pescando, aparece en nuestro lado, el típico colgado que va dando vueltas por la playa repartiendo sabiduría pesquera e intentando pescar algún cubatilla, en fin un personaje.
La noche va avanzando y nuestras esperanzas se ven frustradas, ya que final decidimos irnos a casa sin haber pescado una sola pieza, pero me voy con la sensación de haber pasado una noche especial de esas que te dejan el regustillo a volver a repetir. Como dijo Sergi cuando organizo este evento, a sido una noche conmemorativa de verano azul, de esos veranos que tanta gente durante años ha vivido y vive en lugares de playa como este, en sus campings, apartamentos y casas de la playa, una noche que hasta hoy no había tenido el gusto de disfrutar, una noche como Chanquete.
En una dimensión diferente
Bienvenidos a esta otra dimensión, donde las ideas y los pensamientos, van de la mano de experiencias vividas e historias de una ficción, de lo mas real.
domingo, 19 de julio de 2009
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