Hace varios lunes tuve que llevar a mi perra, Arwen, al veterinario. Resulta que el sábado por la tarde noche, estuve con ella y mis amigos en la montaña de collserola, o mas conocida en el Baix Llobregat, como la emisora, pues bien allí estuvimos y ella a su aire como siempre que va al campo, y nada cuando llegamos a casa pues la duche, y bien hasta la mañana siguiente que ya empezó a sentirse molesta de la oreja izquierda y dado que los cocker sufren bastante de estas cosas, pues el lunes la lleve al veterinario, y aquí comienza la historia …
Fijaros que me pase tiempo en el veterinario, por la cantidad de gente que había, que me ha dado para contaros lo que a continuación escribo.
Llegue al veterinario a eso de las 18’50h, nada mas llegar de trabajar, y en la puerta del mismo ya me encontré a una de las protagonistas de mi historia, la cuarentona dicharachera, y también estaba el padre de ella y otro hombre con un podenco, y cuando llegue a la puerta, ella, la cuarentona dicharachera, que estaba allí como haciendo guardia va y me dice, no entres, esta lleno y nada yo al ver el percal pues me encendí un cigarrito y a esperar, y no salía nadie, en eso que la cuarentona dicharachera, va y me dice que la guardara el sitio que se iba con su padre a pasear a su perra que se ponía muy nerviosa, y la muy pedorra coge se pira, vuelve y se vuelve a pirar, eso si cada vez que volvía me preguntaba si había salido alguien. Pues nada sigue pasando el rato y en eso que el hombre del podenco se acerco a un bar de al lado a tomarse una cervecita, dejando al perro atado en una ventana próxima, por que esa es otra este tío lleva el perro no con una correa si no con una cuerda de esparto atada al cuello.
El tiempo pasaba y entonces llego un descerebrao de unos 20 años con un pitbull, sin bozal y loquito por arrimarse a mi perra, y en eso que sale, otros de los personajes de la historia, el exdrogadicto, lo llamo así pq era el tío típico con la cara delgada y con cara de drogata y el cuerpo que no le acompaña así hinchado, además estaba un poco para allá, pero bueno el notas salio con uno de sus perros a fumarse un cigarrito y en eso que llego la cuarentona dicharachera y sin mediar palabra se entro para adentro, cosa que cuando el ex drogadicto entro aprovechamos el resto que estábamos fuera para entrar, a eso ya serian las 19’15h.
El panorama que había dentro era de total agobio animal, en la minúscula salita de espera, nos encontrábamos hacinados, el exdrogadictos, su pareja y sus dos Yorkshire, la cuarentona dicharachera con su padre y su perrita, una mujer que traía a otra cocker con lo que parecía el mismo problema que tenia la mía, que a parte venia con su hija y con el yerno, y el hombre del podenco y yo con la Arwen allí de pie, y fuera el del Pitbull, pq allí no se cabía. Pues nada al entrar la Arwen tuvo un pequeño percance con la puerta de la entrada ya que casi se queda atrapada, como siempre va a su rollo y no presta atención a las cosas, pues le pasan estas cosas. Y claro esto genero el primer tema de conversación y la primera muestra de adulación de la cuarentona dicharachera hacia cualquiera de los perros que desfilaban por la consulta, eso si contra mas pequeño y mas monin sus adulaciones crecían, esta mujer era la típica cuarentona soltera que vive con sus padres, amargada de la vida, que hace parecer que sabe de todo y que para todo tiene un comentario acertado, pues eso que comentando lo de la Arwen la dueña de la otra cocker ya comento que posiblemente lo que tuviera la Arwen fuera una espiga metida en la oreja y que eso era lo que le dolía ya que a la suya la llevaba por lo mismo, en eso que le llego el turno a dicha perra, el ex drogadicto y su mujer se cambiaron de sitio, donde estaban la del cocker, su hija y su yerno, el cual fue un movimiento de ajedrecista experimentado, y os preguntareis porque, pues bien resulta que en la esquina donde estaban sentados el ex drogadicto y su mujer había una cagarrutilla, pero bueno ese tema lo tocaremos luego.
El tiempo fue pasando y la gente saliendo y entrando, yo ya estaba sentado y de mi lado se acaba de levantar el hombre con el podenco cuando aparecieron en escena una francesilla muy mona con un conejo y su amigo el gualtrapa, típico tío que ha pasado por todas las modas habidas y por haber y que es un tío guay o al menos eso se cree el, la chica se sentó a mi lado con el conejo a modo de bebe, y claro la cuarentona dicharachera hizo su comentario obligado, también llegaron una mujer con su hijo el retra, su hija y una amiga y dos perros mas, y por ultimo una mujer, su hija y con cuatros cachorros de una raza de perro que ellas decían que eran perros de agua, ellas que no tenían muchas ganas de hablar y la cuarentona dicharachera que no le dejaba de decir y preguntar cosas de los cachorrillos, pues eso la tensión se mascaba en el ambiente, en eso que la mujer que venia con media familia y una amiga se percata que donde estaban sentadas había una cagarrutilla y en eso que sin dar casi tiempo a reacción la mujer del ex drogadicto va y le dice a esta mujer que eso era de un perro de otra señora que ya se había ido, como se puede ser tan ruin y tan rastrero, sabían perfectamente que era de unos de su Yorkshire y en vez de avisar a alguien para recogerlo o recogerlo ellos mismo esperaron a que viniera otro a darse cuenta del tema.
Entre tanto se escuchaban lo aullidos de dolor de la cocker que estaba dentro sacándole la espiga de la oreja, pronto nos tocaría a nosotros y la Arwen no parecía ni inmutarse, la verdad que no le da miedo el veterinario, creo que es pq siempre se queda contenta con la chuchería que le dan después, en eso que llego una mujer con una bata de un uniforme de limpiadora de una empresa de limpieza con un perro envuelto en una manta y a la cual la dejamos pasar puesto que el perro venia medio moribundo, la mujer muy apenada explicaba que esa misma mañana cuando se fue a trabajar el perro estaba bien pero que la había llamado su madre al medio día que el perro estaba mal y ella hasta que no termino de trabajar no podía llevarlo al veterinario, me dio una sensación de que la mujer desprendía un alo de soledad y amargamiento propio del que solo vive para trabajar tanto fuera como en casa, sin pareja y que su única compañía se le estaba muriendo en los brazos, la verdad que medio mucha pena esa historia.
Y por fin nos toco entra a la Arwen le sacaron de la oreja una espiga de 2 cm y cuando ya estábamos esperando por la receta a parece la perra cuando por la puerta aparece la cabeza de la cuarentona dicharachera, que estaba en la consulta de al lado, y coge y dice que era o una espiga no?, jejeje, increíble que personaje.
En después de 1 hora y media en el veterinario te da tiempo a ver y analizar muchos comportamientos animales, pero sobre todos humanos, de personas tan dispares como cada uno de los que pasamos por esa consulta esa tarde, pero con algo en común, nuestra mascota.
En una dimensión diferente
Bienvenidos a esta otra dimensión, donde las ideas y los pensamientos, van de la mano de experiencias vividas e historias de una ficción, de lo mas real.
domingo, 19 de julio de 2009
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