Que triste cuando tu propia locura te lleva ha odiar a la gente y a creerte un victima de cualquier oposición por irrelevante que sea.
Aunque la vida te haya dado mil palos, si has sobrevivido a ellos, si te has vuelto a levantar, lo que no puedes hacer es intentar vengarte con quien consideras una amenaza de la manera mas irrespetuosa que conoces, de la manera mas vil e injusta que puedas haber sufrido, ya que eso no te ayuda a superar nada de lo malo vivido, si no mas bien que te empuja a reeditar lo que en tus huesos has sufrido.
Que frustrante es el sentirse un perdedor o una victima, cuando los agravios son nimiedades propias del día a día, cuanta será la irritación sufrida y guardada, para sentirse atacado por la critica mas leve.
Es el desengaño de la locura, que solo te hace darte cuenta de hasta que nivel la estas cagando, cuando ya has llegado a tocar fondo, el problema es que cuando alguien llega a esos niveles, ya no se vuelve a recuperar y vive frustrado y resentido con el mundo o con los hombres o con las mujeres, por los nefastos hechos vividos.
La verdad solo me puede dar lastima una persona así, aunque sufra sus arremetidas mas a menudo de lo que me gustaría, y sobretodo si es una persona con la que convivo a diario, que por mas que la intentes ayudar, ya se haya paradojizado tanto, haya sido ganado por su locura hasta tal nivel, que ni el psicólogo sea capaz de calmar su furia.
Como el animal que se siente acorralado y ataca, este tipo de gente es igual cuando se siente acorralado ni que sea por palabras, ataca con la barrabasada más injusta.
En fin es una lastima que la venda que se ponen en sus perdidos ojos, no les deje ver mas allá de sus turbios pensamientos.
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