Al principio de la escapada

Después de unas semanas finales antes de las vacaciones de mucho estrés, propias del caótico y soporífero calor que nos invade en las urbes en estas fechas, por fin he tenido un oasis de tranquilidad antes de encarar mi última semana prevacacional.

Esto es el principio de mi escapada anual, esas semanas en las que pienso que me gustaría vivir tranquilo y fuera de la ciudad, esas semanas ficticias pero reales, aunque efímeras en el tiempo, lo justo y necesario para cagar pilas, y volver a enfrentarnos, a la cada vez mas ingrata vida laboral.

Este finde rodeado de mi otra familia, mis amigos, me ha hecho estar a gusto, y quizá recuperar algo de la tranquilidad que me hace falta para vivir normalmente, aunque siempre tiene que haber una nota discordante, en toda balsa de aceite.

Al principio de unas vacaciones que apuntan a ser intensas, me pregunto que rápido se pasara lo bueno, ya que cuando llegan fechas como estas, siempre tengo esa sensación de cómo si viviera en la película “Atrapado en el tiempo” y parece que todo sea un bucle, yo saliendo de la oficina y volviendo a las pocas horas, aunque de por medio hayan pasado semanas, ese principio de fobia a lo post vacacional, no me gusta nada, pero conforme me hago mayor se agudiza.

Si nuestras motivaciones, fueran propias de nuestro interés, creo que no existiría la depresión post vacacional.

En fin tratando de ultimar este fin de semana lo mejor posible, sin volver a sentirme agobiado por la presión de lo que me deparara la ultima semana de trabajo, intentare centrarme en empezar a disfrutar pronto de las vacaciones, e intentar de buscar la manera de que las tres semanas de escapada de la rutina mundana, se alarguen al máximo, en mi sensación temporal de vida.