El color del calor, el color que nos unió este verano, y el color del picante, pues eso, el color que nos llevo a confluir una noche de sábado a cenar en nuestra ciudad condal, en la Tarántula, un mejicano que estaba petao, había oído hablar para bien de dicho restaurante, pero aquello era demasiado, menos mal que el pequeño gran hombre había reservado.
La velada paso entre coronitas, tequilas y los picantes pero picantes aderezos de la comida mejicana, que dos días después seguí sufriendo en algunas partes de mi anatomía, pero bueno eso es otro tema.
La cosa es que lo mas picante que íbamos a ver aquella noche eran nuestras caras de un color rojo intenso y los jalapeños, ya que nuestra salida de “Nachos Machos” se quedo solo en los nachos, por que los machos los había, por que ya los traíamos puestos de casa o de nacimiento mejor dicho. Pero en una salida como esta alguna chica se debería cruzar en nuestro camino, pero aquella noche no iba a ser la mas propicia…
La noche había comenzado casi tiñéndose de rojo por un incidente que viví en el metro camino de Cornellà, con lo que a mi me gusta el metro…, pues si un grupo de maleantes, que a saber que fechoría habían cometido armados con piedras irrumpieron en el metro huyendo de la policía que los pisaba los talones, y en el metro los trincaron, hasta el rezagado que yacía sentado en el metro frente a mi, que casi se salva pero la astucia del poli para saber que todavía quedaba uno y la suerte fue primordial para que los malos no se salieran con la suya.
Y después de la cena los chicos nos fuimos a una discoteca, aquí es cuando se acaba lo rojo y lo picante, y ya esta no hubo mas historia, para que lo mas relevante es que me asombro mucho el ver como no se fumaba en la discoteca, pues imaginaros, lo bien que nos lo pasamos cuando a la hora de estar allí los tres casaos estábamos bailando mirándonos los caretos y con cara de circunstancia al ver que estábamos entre un bosque de nabos y que la mujer que podíamos tener mas cerca podía ser nuestra madre o nuestra hermana mayor, así que algunos decidimos plegar, nunca había llegado a mi casa tan sereno a las 5 de la mañana, claro solo me había bebido un cubata, eso podía una causa fundamental.
A veces las expectativas fallan pero nadie nos quita las risas que nos pegamos en la cena con los efectos del picante de por medio, y acordándonos de frigiman, mujeres, las nuestras por supuesto…, y alguna cosa mas, pero vamos lo típico que hablamos los hombres terapias naturales, bebés y algo de moda y claro algo de futbol, que no podía faltar ya que fue nuestro punto de encuentro al principio de la noche, viendo al Farsa, digo al Barsa…
En una dimensión diferente
Bienvenidos a esta otra dimensión, donde las ideas y los pensamientos, van de la mano de experiencias vividas e historias de una ficción, de lo mas real.
domingo, 20 de febrero de 2011
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