Mi abuela se acuerda de todo lo que vivió en su pasado, cosa que a mí me es casi imposible, yo solo tengo detalles de mi vida pasada, pero no recuerdos tan firmes y vivos como los de ella, es capaz de recordar cualquier momento vivido por ella, de su hija de sus nietos y casi siempre felices. Todo esto es bonito y triste a la vez, ya que mi abuela vive en su mundo, un mundo que parece que no avanza ya que vive anclado en los recuerdos alegres del pasado, pero que no enriquece su presente, ya que lo que ya no recuerda es todo lo que solía hacer, o más bien todo lo que sabía hacer, vive de recuerdos porque ya no sabe lo que hace, no controla su cuerpo y cada vez menos sus actos inconscientes, su cabeza se está cansando de trabajar, quizá por herencia, por todo lo vivido y sufrido, sobretodo sufrido.
Era una mujer de apariencia frágil, pero dura como las piedras, que tuvo que superar mil y un problemas de salud, a raíz de dar lo mejor que ha podido dar en su vida, que fue su hija, o sea mi madre. Yo casi nunca la recuerdo renquear, si no imponiéndose con un carácter dulce y determinante, propio de quien ha tenido que llevar una casa sobre sus espaldas sola, y cuidar de su marido, en una dura vida en un pueblo de la siberia extremeña. Solo la recuerdo débil a raíz de su penúltimo gran obstáculo, un cáncer, que supero con sesenta y tantos, y que le abría las puertas a poder terminar sus días feliz y tranquilamente con mi abuelo, pero entonces su memoria empezó a quebrarse y solo recuerda las cosas vividas, pero no lo que ha hecho hace 1 minuto, ni que iba a hacer cuando se levantó del sofá, si mi abuela llego a su último obstáculo antes de llegar al descanso eterno, in justo pero cierto, mi abuela padece alzhéimer.
La vida de mis padres y mi abuelo gira en torno a ella, de diferentes formas y maneras, quizá a veces sin comprender que lo que hace mi abuela no lo hace conscientemente o por lo menos no todas y cada vez serán menos. Y sus nietos lo único que podemos hacer es comprender lo que le ocurre e intentar concienciarnos y concienciar a los que no entiendan, que todo lo que le pasa a nuestra abuela es fruto de una regresión a sus inicios, vuelve a ser un bebe, un bebe de setenta y tantos, y que por tanto no vale enfadarse, ni frustrarse por no haga las cosas bien ya que se le está olvidando todo.
Lo único bueno que puedo guardar de estos días de infatigable lucha de mi madre, por hacer que la calidad de vida de mi abuela sea lo mejor posible, es ver a mi abuela con su cara iluminada con una expresión llena de alegría y amor, cuando llego a casa de mis padres y me ve, es como si no me viera hace mucho tiempo…, en fin la memoria de mi abuela solo alberga buenos y pasados recuerdos y cada vez lo ira olvidando todo, porque su cabeza se ha cansado de trabajar, pero nosotros siempre te tendremos presente Ricarda, como esa abuela que tanto nos quiso pese a la distancia y que tanto nos quiere, de presencia frágil pero dura como las piedras.
En una dimensión diferente
Bienvenidos a esta otra dimensión, donde las ideas y los pensamientos, van de la mano de experiencias vividas e historias de una ficción, de lo mas real.
sábado, 29 de noviembre de 2008
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