No planifiques mi vida

Estamos acostumbrados a vivir en un mundo lleno de ostracismo, cosa que nos lleva a no importarnos nada, nada más que nosotros mismos. La vida nos lleva a agruparnos en colectivos, grupos de amigos, por aficiones, por trabajo y mil y un mecanismos para no estar solo. Comenzamos en la guardería, después el colegio, instituto, universidad, trabajo, y aficiones varias, el principio es lo mejor cuando haces tus primeros amigos, dejas de ser un ser súper protegido por tu familia, y sales al exterior, cual pollito sale del cascaron, después vienen los amigos del pueblo, del apartamento, vamos amigos de fin de semana y verano, todo empieza a cambiar cuando vas al instituto pienso que es en el punto en los amigos ganan en durabilidad ya que empiezas a compartir experiencias que cambian tu vida (step by step) paso a paso que das algo cambia en tu vida, cambia tu físico, cambian tus intereses, te estas empezando a formar como persona, por eso en este punto si sufrimos cualquier tipo de contratiempo lo arrastraremos durante toda la vida, esa espinita clavada, hasta el punto que nos lleve a nuestro punto de partida, el ostracismo, el me da igual todo, y eso nos lleva a que aun estando en un grupo de amigos, de afición, etc., seamos unas islas en medio de la nada, o sino como hay gente hoy en día en el mundo que se siente sola pese a estar rodeada de gente, algo que parece mentira que ocurra cuando nos vemos avocados desde niños a formar parte de algo… entonces es cuando viene la frase recurrente de ¡¡no planifiques mi vida!!, por que? Porque a la otra persona se le a ocurrido que tu deberías hacer esto o aquello, y tu no piensas igual, nos movemos entre reproches e hipocresía en nuestra rutinaria vida diaria, y si decidimos hacer algo con los demás siempre habrá quien no plantee nada o siempre habrá quien plantee cosas y se le putee igual porque tanto para bien como mal siempre habrá alguien enfrente que te diga lo contrario, lo importante de esto no es no estar de acuerdo o en descuerdo es saber llegar al punto que ambas partes cedan sin darlo todo a cambio. Así que, no planifiques mi vida, al menos no de esta manera, deja que yo también participe de tus y mis decisiones, para así poder estar en equilibrio.