Pues bien todo llega a su fin, como dice la canción de Triana y después de haber pasado dos días y tres noches en la comarca del Sobrarbe, todo vuelve a la pura y dura realidad.
Hoy día 8 de Diciembre he sido el primero en levantarme, son la 10h de la mañana y hoy parece que nuestro ritmo va a ir más despacio, es lo que tiene, tener que recoger los bártulos para irte de nuevo a casa, siempre que voy a un sitio nuevo y de características similares a las que hemos podido ver estos días, una parte de mi siempre quiere quedarse, por eso todo se te hace más pesado y recoges, y lo haces con desgana।
El balance de estos días es muy positivo, siempre me gusta conocer sitios nuevos y más si tiene que ver con las raíces de mis amigos, desde luego el viaje a sido bueno para mí y creo que para todos, ya que después de varios meses sin más fiestas que los fines de semanas normales, ya empezaba a estar un poco cansado. Y este contacto con la naturaleza y con una parte de la España profunda que no conocía, me ha ido bien para despejar un poco mi cabeza, que no para olvidar todo lo que tengo en mente.
En definitiva a sido un agradable viaje, que me ha reencontrado con la nieve, el frio y la historia antigua de los restos de una España que en su día fue medieval y que siglos después sufrió la violencia de una guerra civil y el hastío de la represión franquista, y que aun en día podemos ver latente, los restos o la herencia de aquellos tiempos, en algunos de sus pueblos.
Mucha historia y poco tiempo, pero al fin y al cabo, un lugar para volver, así que gracias Jaume!, por abrirnos las puertas de tu casa y de parte de tus raíces.
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