Ayer fui de pasajero en un coche, de viaje, y eso me hizo pensar…
Os acordáis aquellos años en que íbamos de viaje en el coche, de niños, cuando íbamos al pueblo, de veraneo o de vacaciones y mirábamos por las ventanillas para distraernos, ya que por aquel entonces no existían ni los dvd’s, ni las pantallas planas integradas en los reposacabezas, no había nada de eso y te tenias que entretener mirando el paisaje, durmiendo, o mirando a los otros coches. Por aquel entonces me daba por preguntarme dónde irían los coches de al lado, me imaginaba que seguramente tendrían unas vacaciones distintas a las mías, mas al estilo de las películas americanas, que otra cosa, o pensaba en la chica que me iba a quitar el sueño, ese verano o la que me lo había quitado durante todo el año en Barcelona, pero ahí ya no era tan crio o sí… Pero también me fijaba en las matriculas de los coches, ya que antes, más que ahora, podías encontrarte a gente de tu ciudad, en una caravana a miles de kilómetros de tu ciudad, y saberlo porque en la matriculas veías de que ciudad era cada coche o ver coches de Madrid, Valencia, Sevilla, en los lugares más alejados a su ciudad y pensaba, jo si que va lejos la gente, sin pensar que yo siempre que salía de mi ciudad para ir de vacaciones me iba a la otra punta de España, pero bueno es lo que tiene la ingenuidad de un niño.
También se podía dar el caso que cruzando una ciudad grande como Madrid, vieras otro coche de Barcelona y te hacía ilusión, y pensaba que atrevidos somos los catalanes, mira dos familias de catalanes aquí en medio de Madrid, y no pasa nada, jejejeje, o cuando se veían dos coches de la misma ciudad en otra ciudad alejada y se saludaban haciendo sonar sus cláxones, eran otros tiempos, no mejores simplemente otros tiempos.
Pues si ahora cuando vamos en coche, a parte que casi nunca podemos mirar por las ventanillas ya que vamos conduciendo, ya no se ve en las matriculas de los coches, de donde somos cada uno y eso cuarta el imaginario infantil y adulto, ya que los adultos también imaginamos, quizá menos, pero si puedes permitírtelo, y observar el paisaje y a los otros coches, puedes dejar correr la imaginación. Pues esa sensación la tuve ayer, desde hacía muchos años no viajaba como pasajero en un coche y me dio que pensar, cuando en cada coche que veía, podía observar que los niños tenían pantallas, donde sus padres les habían puesto la peli de dibujos de turno, para que no den la lata, o la consola para que jueguen y no para que no piensen o imaginen, si no para que no molesten, pero sin pensar que así cuartamos su imaginación.
Bueno en definitiva hacía mucho tiempo que no iba de pasajero en un coche, de viaje y eso me hizo pensar y recordar tiempos pasados, cuando la imaginación era el juguete más potente que un niño tenía.
En una dimensión diferente
Bienvenidos a esta otra dimensión, donde las ideas y los pensamientos, van de la mano de experiencias vividas e historias de una ficción, de lo mas real.
lunes, 8 de diciembre de 2008
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