En una dimensión diferente

Bienvenidos a esta otra dimensión, donde las ideas y los pensamientos, van de la mano de experiencias vividas e historias de una ficción, de lo mas real.

domingo, 31 de enero de 2010

Un domingo cualquiera

Auspiciado en el desangelado corazón de la duda, me he encontrado por unos momentos, al sufrir una situación un poco embarazosa, tensa y violenta, dentro de una normalidad pasmosa ya que el protagonista de la historia ha sido quien lo ha desencadenado todo por que yo no me había dado ni cuenta, de la presencia de mi amigo.

Todo empieza cuando un domingo decidimos quedar un grupo de amig@s para comer y charlar sobre algunos temas que teníamos pendientes, pues bien llegamos un cuarto de hora tarde a donde habíamos quedado para irnos juntitos al restaurante, y cuando llegamos mis amigos me indican que aparque el coche, yo extrañado aparco, ya que habíamos quedado que iríamos a comer a un pueblo de mar, pero no los planes habían cambiado, comeríamos en un italiano de por allí cerca.

Chino chano, nos dirigimos al restaurante, y al llegar uno de mis amigos pregunta si había mesa, ya que no habíamos reservado, y el tipo, lo llamaremos así por su falta de profesionalidad, nos dice que hasta que no estemos todos que no entremos que sí, había mesa. Nos dispusimos a esperar hasta que vinieron todos, bueno no, todos no, todos menos un que se había ido a aparcar el coche.

El irrefrenable impulso de sentarnos dentro, en una mesa del restaurante, dado que hacia un frío del carajo en la calle, fue mas fuerte que el recuerdo de la advertencia del tipo, así que una vez el del coche se fue a aparcar y que su mujer nos diera la buena nueva de que iban a ser de nuevo papas, entramos en el restaurante y nos dimos un curioso paseo por el estrecho pasillo del mismo, que daba a duras penas las medidas suficientes para el paso de dos personas. A ambos lados había mesas, en el lado de la pared a continuación de la barra había mesas de dos y al otro lado del pasillo el resto del salón, pues tal y como entramos salimos, ya que el tipo literalmente nos echó, y entremedias surgió el principio de mi postrera duda.

En el restaurante había un amigo que recientemente estrenaba soltería, comiendo con una chica, hasta ahí todo normal, si no fuera por que mi amigo, ya que fue él quien me llamó la atención, yo no lo había visto, pues, si no fuera por que mi amigo se puso rojo como un tomate y su acompañante intentaba que la silla se la tragara mientras mi amigo saludaba a todos los amigos que venían conmigo,… allí en ese preciso momento, entendí que era una situación embarazosa a la par que tensa para mi amigo y su amiga, pero nada yo tranquilamente le di dos besos, intercambie unas impresiones con el, o lo que viene siendo un: … “tu que tal? - Yo bien aquí a ver si nos dan de comer, que hoy no hemos jugado, - a no pues yo si vengo ahora de ello – ah, pues muy bien, bueno voy pa fuera que todavía no nos toca, - vale pues nos vemos”… y salí del restaurante.

Cuando estuvimos todos fuera, mientras algunos comentaban la jugada de nuestro otro amigo, otros atendíamos a la indignación del que había tratado con el tipo, y lo mal que le había tratado por haber desobedecido su advertencia, y como eso le había puesto una contrariedad importante, prefería irse a comer a otro sitio.

Así que decidimos ir a comer a alguno de los restaurantes del centro comercial que había justo enfrente del restaurante. Allí fuimos y estando en el restaurante del centro comercial, paso lo que acabaría de cerrar el circulo y cernirme en la duda que luego tuve. Por delante de la cristalera de la brasería, donde decidimos comer, vimos pasar a la exnovia del amigo del restaurante italiano, con sus excuñados dando un paseo, y eso hizo, que me plateara llamar a mi amigo, para tratar de evitar un mal mayor si se hubieran encontrado ambas partes por una gracia del destino, vosotros que hubierais hecho?... pues yo finalmente no llame a nadie dado el clamor popular, que formaban mis amigos, cuando les plantee mi duda.

No se que pasaría después de no actuar en dicha situación, pero tampoco sabre que hubiera pasado si lo hubiera hecho, así que ya tenemos dos dudas por el precio de una, a todo esto, salimos a fumar a una terraza del centro comercial, que daba enfrente del restaurante italiano, cuando vemos que llega una ambulancia y se para en la puerta y los sanitarios entran en el restaurante, que mal día para el tipo, pensé, ya que después de hacer que su falta de profesionalidad le hiciera perder unos 300€, después tiene un problema con alguien que se le ha puesto malo o alguien que se le ha hecho daño en la cocina, cuanto mal rollo para un mismo lugar.

El destino es caprichoso y mas cuando vemos cosas como las que os he contado, y todo concentrado en un mismo sitio, y eso me hace pensar que si en un lugar de un par de cientos de metros cuadrados, el destino puede ser tan juguetón, que no pasara en el mundo, esta todo escrito o todavía podemos decidir y escribir nuestro propio destino, y de cómo un domingo cualquiera todo puede salirte como no lo habías planeado.

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