Lo tuyo y lo de tu hermano

Sabéis uno de esos momentos en que los tíos parecemos tontos, “mas de una pensara, cuando…? Siempre…?” no, solo a veces y en circunstancias tan sumamente complicadas como elegir un perfume para tu madre.

Tan ardua tarea me ha hecho recordar, que es sentirte tonto, pero además me ha recordado esa sensación de estar todavía en el mercado.

Si, si, lo sé, no es para tanto. Pero vamos, para un tío como yo, que llevaba comprometido, ni se sabe el tiempo, bueno si lo se, pero no es plan de entrar en datos innecesarios para el relato, pues eso, que no todos los días le pegan a uno un repaso…, con la mirada, cual sastre que te esta tomando medidas, si no es tu mujer o novia, y ellas no lo suelen hacer...

Imaginaros a dos hermanos; morenos, altos y guapos, je, je, bueno según gustos, en un gran centro comercial, en la sección de perfumería. El primer tema vine cuando claro para probar una colonia/perfume, no te lo vas a echar, para eso están esas tiras de papel, en las cuales hechas un poquito, o mas de perfume/colonia, para olerlo, y entre que parece que todo te huele igual, y que nunca lo vas a oler como una mujer, pues acabas con las manos llenas de tiras y con el olfato súper endulzado.

Entonces cuando nos ven desvalidos las dependientas, deciden ir a echarnos una mano, y a la primera, nos la quitamos de encima con un simple, “estamos mirando”, que típico, no?, pero dos pruebas después, una segunda dependienta, la cual nos gana con su encanto y por la cual después de unas cuatro preguntas, y unas respuestas tal que estas, “ummmm, eeeeeehhhhh, ummmmmm, fresca no?, pues después de eso, la chica nos aconseja y a realizado la venta. Mientras nosotros muy agradecidos la seguimos hacia la caja, y es uno de esos momentos en los que piensas, “me gusto verte llegar, pero me gusta mas, verte marcharte”, los tíos ya me entendéis…

En esas tesituras anteriores, cuando la chica te hace el cuestionario para dummies, a uno se le vienen muchas respuestas a la cabeza, como por ejemplo, “es que no se no suelo oler a mi madre” pero no las dices por incapacidad mental, o por educación, pero de todas maneras nos haría parecer tontos igual.

Parecía que el momento tontuco, había empezado y acabado allí, pero no, se alargaría un poco mas en el tiempo cuando la dependienta de caja nos hace otra pregunta de esas chungas, ¿Os gusta la bolsa que regalamos a juego?, ummmmm, eeeehhhhh, ummmmm, si, no? Total, no la regalan?, pues pa que se la queden el señor ECI, pues pa mi máma.

Encima ya no es lo que dices, si no, la carita, esa de que buenos chicos somos, pero que tontitos parecemos de vez en cuando.

Hasta aquí el momento, tío…, tienes estudios, pero eres mas tonto que un zapato, y comienza el momento, sastrería personalizada, ya que la chica que nos ayudo anteriormente, se junta con una compañera, a unos metros nuestros y empiezan ha hacernos un traje a medida, mientras que su otra compañera nos envuelve el regalo casi ensimismada, y casi teniendo un percance con una compañera, por intentar regalarnos unas muestras de colonia para chicos. La tensión se mascaba en el ambiente, parecía como si las dependientas, se fueran a aberronchar contra nosotros, como si fuéramos el rocaje vivo, si las hubiéramos dejado, claro. Si…, ya…, menos lobos caperucita, pero bueno quien escribe estoy soy yo, no?, pues creeros lo que ha sido verdad.

Así que nunca se sabe, cuando te vas a sentir bien, por sentirte observado, después de parecer tan tonto, claro, pero bueno al fin y al cabo, todo es por una buena causa.