Chicas, chicos y barbacoa

Joder con el miedo que me tiene la gente cuando saco mi libreta y me pongo a apuntar alguna cosa, ya se piensan que estoy escribiendo algo sobre ellos, pero no se de que tienen miedo, si saben que lo que digo sin maldad solo sobre lo que veo o pienso.

En fin a si que os voy a contar una historia…

Era se una vez una grupo de amigos que decidieron celebrar una aniversario en la torre de uno de ellos, (para los no catalanes, torre es un chalet). Y así lo hicieron pero como en este grupo de amigos las chicas dominaban ellas llevaron la voz cantante, y ellas que eran amigas de toda la vida fueron las que tuvieron las primeras rencillas.

Y quien pago el pato, pues los de siempre los chicos, que designados a dedo tuvimos que hacer acopio de las viandas, que en la celebración debíamos comer, y así hicimos, previo y post paso por el bar para ir abriendo boca.

Al día siguiente, yo que venia resignado por haber perdido por vigésima vez esta temporada, llegue a la barbacoa con no muchas ganas de hablar, así que cogí mi libreta y comencé a escribir lo siguiente:

“ El sol ya calienta casi como en agosto, solo diferenciado de esos días, por la suave brisilla que sopla de norte.

Las chicas ya están reunidas en un corro, sentadas en el césped de junto a la piscina, algunas tomando el sol, pero todas participando de los chismorreos, de sus boquitas la primera observación que sale al hojear una revista es referida a los cuerpazos de los chicos que salen en las revistas en comparación con los de sus parejas…”

Después de decirme, algunos de mis amigos, que no escribiera según que cosas, ya que podían herir la sensibilidad de alguien, en especial la de ellos mismos, por ejemplo…, pues las chicas se revelaron un poquito, en contra de nuestros fornidos cuerpos…, la cual cosa me hizo tomar la idea para escribir la historia.

Todo lo que escribí se quedo en eso, y creo que pese a que muchos de los tios que aparecen en las revistas, se cuidan mucho, no como otros ídolos de chicas y mujeres, pero bueno, ya les gustaría a ellos tener nuestros cuerpos, ibéricos y con denominación de origen, la del Gaudí, eso si para unos mas que para otros, pero bueno eso es otro tema.

Después de decirme algunos de mis amigos que no escribiera según que cosas, ya que podían herir la sensibilidad de alguien, en especial la de ellos mismos, por ejemplo…, pues las chicas se revelaron un poquito, en contra de nuestros fornidos cuerpos…, la cual cosa me hizo decidirme a contaros esta historia.

Mientras los chicos charlábamos, preparábamos la barbacoa y algunos jugaban lanzando unos tiritos a canasta, las mujeres ya cobijadas en la sombra de un cerezo seguían su rompe y rasga y del cual prefiero no enterarme, es mejor vivir en la banalidad de los temas que tratábamos los tíos en aquellos momentos, que el estar en la cabeza de una tía y ver que esta pensando en dos cosas a la vez.

Después de un “No me extraña” bastante controvertido que salio de mi boca, y todavía sigo sin explicarme como todavía se asombran de que yo aun tenga ojos en la cara, sobre todo si alguien quiere mostrarse, y si la vista es bonita por que no reconocerlo, en fin que cada cual piense lo que quiera.

Después ya comimos la suculenta barbacoa, pero sin pan, ya que a ninguna chica se le ocurrió pensar en mandarnos a ninguno de los chicos a comprarlo, y nosotros entre el fuego, las cervezas y la charla, pues no caímos, ya bastante que estábamos con varios frentes abiertos, trabajo difícil para nuestras pocas neuronas.

Pero claro las chicas lo echaron en falta, en fin un pequeño lunar para nuestra barbacoa, total al fin y al cabo lo estábamos logrando los chicos, las chicas nos daban apoyo psicológico.

Así pues cuando la barbacoa estuvo recogida, algunos de los chicos buscamos un sombra donde dormir la mona, que malo es abusar, sobre todo de las cervezas, y otros buscaban acabar con una botella de orujo hierbas, también bajo la sombra de el mismo cerezo que antes, mientras las chicas…, que hacían las chicas? Pues nada jugar a juegos de esos a los cuales solo juega uno y los otros hacen participaciones interactivas que animan el cotarro, pero ellas animaban el cotarro introduciendo preguntas de temática sexual, para reírse un rato…, y luego dicen de los tíos.

Pero lo peor es que luego nos hicieron participe a los tíos también, en fin fue un divertido final de fiesta.

En fin la moraleja de la historia es bastante simple, y es que aunque pensemos lo contrario, las chicas siempre manejan los hilos y nosotros somos sus marionetas, para todo, pero al menos nos dejan jugar con fuego…