El hombre del lago (C13)

Reencuentro en Cádiz

Indiscutiblemente la situación en la que me veía envuelto era un absoluto rompecabezas, cada vez me daba mas cuenta de esto estando en las dependencias policiales esperando que me atendieran.

Esperaba encontrarme con el sargento García, con quien hable el día del incidente del puente, un policía nacional de la antigua escuela, pero que parecía tener una visión mas abierta de la realidad, en fin por fin le vi aparecer por la puerta, me acompaño al despacho y tuvimos una entrevista de media hora.

Después de haber visto las fotos, supo reconocer a los que habían intentado cazarme en el hotel y por lo tanto los posibles asesinos del operario de las obras del puente, eran un grupo de exmilitares de la Europa del este que habían estado involucrados en otro tipo de actividades delictivas, anteriormente, pero que nunca habían conseguido relacionarlos, pero podría ser este un punto de inflexión en los trabajitos des estos personajes.

Me despedí del sargento y me dijo que me mantendría informado, pero que no abandonara el país, por si me necesitaban; eso quería decir que podía volver a mi anonimato en el lago, donde esos tipos no me podrían encontrar.

Camino a donde había aparcado el coche, me pareció ver a Lucia sentada en la terraza de un pequeño bar situado en un placita, cercana a donde había aparcado y entonces pensé en hacer algo por volverme a encontrar con Lucia.

Lucia estaba tomándose algo en la terraza de un bar, en una placita fresca y soleada de la parte vieja de Cádiz, disfrutando de los dos días que le quedaban libres después de haber cerrado el trato con los americanos, cuando de repente un niño que estaba jugueteando en la plaza se le acerco y le entrego una nota y se fue corriendo, entre risas y saltos desenfadados.

Lucia se quedo como atónita, después del los que la seguían el otro día y las fotos que la habían hecho desde otro coche, y ahora esto. Abrió la nota y leyó lo siguiente:

“Hola Lucia,

Tengo que explicarte muchas cosas, entiendo que estés sorprendida, pero me gustaría verte hoy, nos podemos encontrar en la caleta, ven en taxi y nos encontraremos allí, te dejo mi numero de teléfono, 666.15.12.48, por si no me encuentras al llegar y por si quieres corroborar que verdaderamente soy yo el que te esta escribiendo la nota.

I miss you”

Lucia no sabia lo que hacer, y lo primero que hizo fue coger su móvil y llamar al número de la nota, segundos después de escuchar la voz del otro lado del teléfono, se levanto y se dispuso a coger un taxi.

Yo había llegado allí en mi coche, cuando me volvió a sonar el teléfono, era Lucia, ya había llegado, me gire y deje de mirar a la caleta, y entonces la vi a ella, tenia el pelo recogido por un moño hecho con coleta, y su figura seguía siendo la misma perfección, tal y como la recordaba, llevaba puesto unos tejanos y una blusa con bastante escote y que tapaba con un pañuelo que le daba un aire hippie, muy peculiar, estaba preciosa, nos acercamos y nos abrazamos, parecía como si ambos pensáramos que el uno y el otro no existiéramos y por un momento al vernos de nuevo nos materializásemos de nuevo juntos, como casi hace dos años. No supe si besarla en los labios o en la cara en aquel momento, después de tanto tiempo dudas, así que me fundí en su abrazo y la bese cariñosamente en la mejilla y después en los labios, menuda sensación, se me removió todo por dentro.

Nos subimos al coche y pasaron las 3 horas mas intensas que recordara en mucho tiempo, la tuve que explicar todo lo ocurrido, por que no me presente a la cita, todo lo que eso supuso y lo que había ocurrido aquí, y ella me contó su extraña persecución, entre medias nos besamos y acariciamos como dos quinceañeros, y la despedida fue eterna, ya que no sabíamos cuando nos volveríamos a ver, aunque seria pronto, tal y como vi en mi pesadilla, pero claro eso ella no lo sabia.

La deje en su hotel y yo me fui al mío, no nos podían ver juntos, además yo a la mañana siguiente partía de nuevo al Lago.