El hombre del Lago (C14)

Destino final

Cuando salí de Cádiz, en el coche, rumbo al lago, no podía parar de pensar en mi reencuentro con Lucía. Todo había ido mejor de lo que pensaba en un principio, ya que pensar que se iba a creer toda mi historia era un tanto difícil, pero así fue y confiaba en que pronto volveríamos a tener una vida “normal”, si con normal te puedes referir al estilo de relación que estábamos llevando.

Aquella mañana salí temprano de Cádiz, para poder estar lo antes posible en mi casa del lago y poder pensar en todo lo que me estaba pasando…, el reencuentro con Lucia, el asesinato del puente, los tipos que nos seguían a ambos, todo era muy raro, ya que lo único que nos relacionaba a Lucía y a mi, era nuestra amistad y nuestra historia de amor y a quien le iba a importar eso…

El viaje me dio para pensar mucho en todos estos temas, y estaba tan inmerso en todo ello que no me di cuenta que me seguían durante todo el camino hasta un poco antes de llegar a Salamanca.

Era el mismo coche que vi frente a mi hotel hacia un par de días, con los matones que me intentaron amenazar, ¿Cómo podía ser que la policía no hubieran hecho nada todavía por cogerlos? Si ya sabían quienes era…, sin pensármelo mucho me salí por la primera salida de la autopista, que me llevaba al centro mismo de la ciudad, donde esperaba despistarlos, cerca de la catedral, lo conseguí y me metí en el primer parking que encontré.

Ya que tuve que hacer aquella parada obligatoria, me quede a comer en Salamanca, tierra de buenas carnes, buenos vinos y muchos estudiantes, de erasmus y los propios de la tierra, de los cuales muchos venían de otras partes de España a las sonadas fiestas universitarias de Salamanca.

Me perdí por el barrio viejo o el centro histórico, en una zona llena de bares con terrazas y llena de gente joven, entre los cuales me confundí y pude ver el buen rollismo que hay en esos ambientes y el puterío, bien entendido, que se respira con tanta guiri media borrachas por allí revoloteando…, quien pudiera volver a la universidad y sobre todo a las fiestas universitarias.

En fin, salí de Salamanca, con la barriga llena, la vista alegrada y por suerte, ya no volví a ver el mercedes 300, negro, que me seguía, así que llegue a la casa del lago con todas las precauciones, y con todas las ganas, pero la sorpresa me esperaba un poco mas tarde.

Cuando llegue a la casa todo parecía normal, pero no lo era, alguien había estado allí. No había nada revuelto, con lo cual no buscaban robarme, pero habían estado allí, alguien había profanado mi escondite y era algo que perciben el ambiente, y presentía que me habían dejado alguna sorpresa, pero no veía que o cual era la cosa extraña, que me hacia percibir esa sensación de malestar o de inquietud, quizá solo era esa sensación que te entra cuando de repente descubres que alguien extraño a entrado en tu casa. No lo sabia, pero bueno no podía quedarme ahí, pensando en la musarañas, así que lo primero que hice fue llamar al inspector García, para informarle de los últimos sucesos y para presionarle y que actuara de una vez.

Aquella noche y después de acomodarme, cene un poco y me dispuse a ver una película que, en principio, debía de estar dentro del DVD, pero cual fue mi sorpresa cuando vi aparecer a aquel personaje que entre penumbras se escondía, mientras le grababan, para lanzarme el siguiente mensaje:

“ Hugo, tu no me conoces pero yo a ti si, de hecho lo que me gustaría es no haberte conocido nunca, pero la vida es muy caprichosa, y desde el momento que supe de tu existencia, sabia que tenia que acabar contigo o tu acabarías conmigo. Así que intente acabar contigo, pero resulto infructuoso, y después de mucho buscarte, supe que irías a Cádiz y mira casualidad allí también estaba la causa de nuestra enemistad. LUCIA.

Te has equivocado de persona, amigo, has ido a fijarte en quien nunca te tendrías que haber fijado, mi joya, mi vida, y por eso, tu fin esta muy cerca.”