La niña que me mira y me sonríe, la luz que me da esa bella flor, las cosas que te dije, las cosas que un día alguien soñó.
Y no por más mirar, mas te veo, y nada por intentarlo pierdo yo, cuando la vida te sonríe, deja que te inunde su vigor.
No tengo más pretensiones, que recorrer tus alrededores, sin previo aviso y sin cita previa yo espero tu presencia.
Y lejos de caer en el desengaño, yo te busco para tenerte entre mis brazos, al compás del viento que nos meza, envueltos de alegría, diciéndole adiós a la tristeza.
Con la pasión de tus besos, con la gracia que tiene tu caminar, yo quedo rendido en tu regazo, pero no precisamente para soñar.
Las cosas son como son, y así se tienen que aceptar, cuando la vida te regala, no se lo vas a reprochar.
Sigue las luces de los faroles, sigue la luz de mi corazón, sigue donde quieras, pero sobre todo sigue siendo mi canción.
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